A lo mejor hubo otros antes y puede que tan buenos como él. Es posible que su vida irregular, llena de luces y sombras, no le de la categoría de ídolo infalible, e incluso puede que hoy en día el duckwalk te parezca un pelín ridículo, pero este señor, que tenía sesenta y pico años cuando se grabó el video, ahora tiene ochenta y ocho,  es el rey. Supongo que Elvis y sus seguidores me perdonarán pero no hay otro como él cuando está en el escenario, guitarra en mano, sonriendo al público, y marcando el ritmo de la canción con el pie.

 "Todo lo que debes hacer es mirar mi pie. Cuando lo levante, prepárate. Cuando lo apoye, si estabas en silencio, toca; si estabas tocando, para". Chuck Berry resumía así lo que había que hacer encima del escenario si tocabas con él. No sabemos si a Bruce Springsteen y el resto de ilustres acompañantes les dijo lo mismo, pero si algo desprende la grabación es energía. La justificación de la música en directo. Una mirada a sus ojos y te reafirmas en que el rock and roll es lo mejor del mundo y que él es el boss. Bueno, vale, que también me perdonen los fans de Springsteen, pero es que las cosas son como son, uno es el maestro y el otro el alumno aventajado. Muy aventajado, la verdad, a veces saca matrículas de honor y todo.

Pero la canción es de Chuck Berry...

La vuelta al barrio, los bares, los programas de radio por la noche, la música: el rock and roll. Fue un movimiento sin nombre, de hecho sigue moviéndose y sigue sin tener nombre. Son o mejor dicho somos un movimiento cabezota. Tiramos la chupa de cuero de vieja que estaba, pero guardamos en un cajoncito la chapa de la lengua de los Rolling. Nos gustaron los Sex Pistols y a pesar de que sabemos que John Lydon es un farsante nos mola verle escupir barbaridades de vez en cuando. A veces nos sorprende el telediario con la muerte de algunos de nuestros idolos. La muerte en el rock es prematura: Joey, Dee, y Johnny Ramone lo demuestran.