Desde su consolidada posición actual, el rocker madrileño realiza una décima entrega que me ha ido calando poco a poco y que ya ha conseguido instalarse entre mis favoritas del año. Siempre estuvo claro, desde aquel lejano e incomprendido "Personal" del año 98, que este artista tan tímido como resistente y generoso vivía POR y PARA su oficio: el de fabricar canciones destinadas a perdurar.
Poco importa que desde sus comienzos ya lo emparentasen con referencias, por otra parte muy apreciables, como las de Antonio Vega, Ryan Adams, Dylan, Van (The Man) o Jackson Browne.
Porque Mr. González ha sabido construirse, a base de entrega y fe en sí mismo, una manera de cantar y componer que le hacen, al final, ser verdaderamente ÚNICO. Y es que, de hecho, ya hasta ha creado escuela. Vamos, que desde hace bastante tiempo, el referente es ahora él.